Parto y medicación

Bueno aquí estoy de nuevo, hoy para hablaros de como fue el parto con las odiadas crisis de ansiedad.
Voy a ser sincera porque no quiero que penséis que va a ser fácil, ya que, por lo menos en mi caso no me dejaron tomar la medicación durante los 6 días que estuve ingresada.
Lo recuerdo como algo horrible, las crisis de ansiedad me acompañaban en todo momento, hasta en el momento de empujar, que no fui capaz y me tuvieron que realizar la cesárea.
Yo lo único que pude hacer fue calmarme con el valrelax, del que ya os hablé en otras ocasiones, las enfermeras se reían cuando yo decía que me estaba muriendo, y me hacían sentir como una verdadera estúpida, mi marido que fue quien me acompañó en la hospitalización, tampoco me hacia caso, ya que piensa que cuanto menos bola les des antes se irán, verdaderamente me sentí muy sola y con muchas ganar de mandar todo a la mierda y salir corriendo, pero en este caso no podía salir ni a airearme, la niña ya estaba aquí.
Creo que fue tanto el dolor que me causaban mis pensamientos que no sentía prácticamente el dolor de las contracciones, después de que pasaran dos horas me dijeron que era hora de empujar.
Yo empujaba con toda mi alma, pero nada, así me tiré cuatro horas, hasta que entre vómitos, dolores infrahumanos de cabeza y las crisis de ansiedad que siempre me acompañaron, dije que no podía mas.
No se que cara tenía, pero debía de ser muy mala, cuando enseguida me dijeron de operar.
Ahí si que fue el peor recuerdo de mi vida que yo recuerde, yo solo pedía por favor un tranquilizante, pero nadie me hacía caso, me debieron de ver tan nerviosa que me ataron los brazos a la camilla, solo me quedaba resignarme y llorar. Lo que mas siento fue no poder disfrutar del momento del que veía a mi hija por primera vez, tan linda, tan indefensa... verdaderamente era sólo mía.
Pensé que me llevarían para la habitación y ahí podría por fin ver a mi marido,(al que deje con las lágrimas en los ojos), y abrazarlo fuerte contándole lo mal que lo pasara, pero no, decidieron que me dejarían en una habitación oscura, fría y sola hasta la mañana siguiente.
Ahí pensé que se me acababa el mundo, no pudiera disfrutar de mi hija ni de mi marido, en este momento que se supone iba a ser el mas feliz e mi vida, además estaba tan débil que los ataques de pánico se adueñaban de mi.
Allá a lo lejos había una enfermera, la llamé como pude, y entre lágrimas le supliqué que me diera un tranquilizante, le conté que levaba varios días sin tomar mi medicación y que lo estaba pasando verdaderamente mal.
 Llamó al anestesista y me pusieron un tranquilizante por vena, la verdad tardó mucho en hacerme efecto, o es que los segundos me parecían horas, le pedí que dejase entrar a mi marido hasta que yo fuera capaz de dormirme, la amenacé con pedir la baja voluntaria he ir arrastrándome hasta casa, ella se rió y dejo que mi marido se quedase diez minutos a mi lado, lo suficiente para tranquilizarme y dormirme hasta el día siguiente.
Ahí ya empecé a disfrutar de mi nueva familia, aunque las crisis seguían ahí, yo me ayudaba con el valrelax y paseos, muy cortitos, ya que los puntos resultaban dolorosos.
Con esto quiero decir, que cuando sales del hospital te sientes la mujer mas fuerte del mundo, ves la vida de otra manera, y desde aquella nunca volví a tener crisis de ansiedad fuertes, te das cuenta de que puedes con todo lo que quieras y mas, y que ahora hay una criatura a tu cargo, y por nada del mundo quieres que sufra de estos ataques.
espero no desanimaros con mi historia, al contrario, daros fuerza para vencer al pánico, así os daréis cuenta de que lo podéis vencer, algo que parecía imposible hasta ahora.
Bueno os mando un abrazo muy fuerte y mucho ánimo, hasta la próxima.
Alicia