viernes, 5 de octubre de 2012

Cuando parece que se acaba el mundo...

Bueno, hoy quería hablar de los distintos síntomas que nos dejan las crisis de ansiedad o ataques de pánico.
Quiero dejar claro que en cada persona, se pueden manifestar de maneras distintas, aunque solemos coincidir en la mayoría de estos síntomas.
Los voy a nombrar ordenadamente según mi caso.
*Dormidera en las extremidades: Tanto como en las piernas, como en los brazos.
De repente te das cuenta de que los tienes helados y que no te responden a las órdenes que tu cerebro le da. Inconscientemente, cerramos las manos, apretándolas con tanta fuerza que cuando superamos la crisis, nos damos cuenta de que nos hicimos daño con las uñas, o en los músculos por la fuerza ejercida. Yo sin ir mas lejos recuerdo una crisis que me dio de copiloto en el coche, cerré tan fuerte las manos agarrada a la percha que hay al lado del asiento, que al aparcar, mi marido me tubo que ayudar para poder abrir la mano, la tenía blanca como la nieve, helada y dolorida de la fuerza que había echo, a parte de no se capaz de abrirla yo sola.
*Palpitaciones extremadamente fuertes: Parece literalmente que el corazón se te va a salir del pecho, escuchas perfectamente como los latidos se van acelerando y no eres capaz de reducir su ritmo.
Lo primero que piensas es que te está dando un infarto, conozco a varias personas que acudieron a urgencias, pensando verdaderamente que se trataba de esto. Para tranquilizar a las mujeres he de decir, que mientras tengamos la menstruación el porcentaje de infartos es muy bajo, aumentando el riesgo cuando nos llega la menopausia.
*Pensamientos negativos: Nos acompañan en cada segundo que dura la interminable crisis de ansiedad.
Se nos pasan muchas cosas por la cabeza, preguntas como ¿me estaré volviendo loc@?, para tranquilidad de los que somos cuerdos (me incluyo), he de decir, que como me dijo un psiquiatra, los locos nunca piensan que están locos, todo lo contrario, piensan que el resto del mundo lo está, no ellos mismos.
A veces tienes la sensación de que ese no es tu cuerpo,que estás diciendo cosas incoherentes o que estás viviendo en un sueño. Incluso varias veces creí que el demonio se estaba apoderando de mi, y creo que si dejara a mi cabeza aseguir cabilando, llegaría un momento en que llegaría a convulsionar y a llegar a creer verdaderamente en ello.
Es increíble la fuerza que tenemos en la cabeza, ya que solo utilizamos un 10% del cerebro, imaginaros lo que será si algún día podamos utilizar todo el cerebro. Moveremos el mundo.
Son unos sentimientos absolutamente desagradables.
Hay muchos otros sentimientos, en mi caso, como poco comunes sentía palpitaciones en los oídos, tan fuertes que no me dejaban descansar, día y noche, hasta que conseguí no hacerles caso y terminaron por marcharse.
También me despertaba con un fuerte dolor en la mandíbula, de ejercer toda la noche la fuerza de una contra la otra, se de un caso que tenía este problema, agrandado con que limaba unos dientes con los otros quedándose así practicamente solo con la encía; igual existen aparatos para dormir y evitar este problema.
Hay infinidad de sucesos y sentimientos, que por supuesto en cada persona son distintos.
Bueno con este post espero poder tranquilizar alguna cabecita, y daros cuenta así de que no sois los únicos a los que les pasa estas cosas, ni falta que hace.
Alicia

2 comentarios:

  1. Hola Ali,felicitarte por este blog,me parece muy entretenido.Eres una campeona,en éstos tiempos tan oscuros que vivimos es muy difícil tener ideas o el valor de llevarlas a cabo.
    Sigue así,me gusta.
    Un saludo!
    Mónica Bellas.

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  2. Muchas gracias Móni, me anima a seguir escribiendo el saber que me leeis.
    Un besiño

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